Las pantallas no son el enemigo: cómo la tecnología impulsó el aprendizaje de mi hijo

En las redes sociales hay una creciente ola de publicaciones alarmistas que demonizan el uso de pantallas en la infancia. Se las acusa de ser responsables de todos los males: falta de atención, problemas de conducta, aislamiento, retrasos en el lenguaje, y más. Pero ¿y si el problema no fueran las pantallas, sino el uso que hacemos de ellas?

Este no es un artículo para justificar una crianza sin límites. Es, más bien, una invitación a ver la tecnología con otros ojos: no como un enemigo, sino como una herramienta poderosa que, con supervisión y sentido común, puede potenciar el desarrollo de nuestros hijos.

Desde bebé, con pantallas (y sin culpa)

Mi hijo tuvo acceso a pantallas desde bebé. Veía películas como Cars, series como Charlie and the Numbers o Bob the Train en YouTube, y disfrutaba muchísimo de su tiempo frente a la tele.
¿Eso significó que se criara pegado a un dispositivo? No.
¿Significó que no jugaba al aire libre o no se relacionaba? Tampoco.
Desde pequeño tuvo acceso, pero nunca sin presencia adulta ni sin criterio.

A los 2 años ya reconocía letras, números, colores y formas. Aprendía palabras nuevas en inglés y español, y no tardó mucho en hablar fluidamente en ambos idiomas. A los 5 años era completamente bilingüe.

Todo esto sin forzar, sin imponer, sin métodos milagrosos, simplemente dejando que su curiosidad lo guiara… con pantallas como una ventana al mundo, no como una niñera.

Tecnología con acompañamiento, no con prohibición

Uno de los errores más comunes que veo es el uso de las pantallas como castigo o como premio. Se les prohíbe durante el día, se les entrega “como recompensa” por portarse bien, o se les quita si hacen algo mal. Así, lo único que se logra es convertirlas en objeto de deseo incontrolable.

En nuestra casa, el enfoque fue otro: acceso regulado, pero no prohibido. Y eso marcó una diferencia gigante. Las pantallas nunca fueron el “dulce prohibido”, sino algo cotidiano, administrado con naturalidad.

Con el tiempo, empezamos a usar la app Family Safety (gratuita para Android y PC), desde donde gestiono:

  • Tiempo de uso diario,
  • Permisos de aplicaciones,
  • Bloqueo de páginas o contenidos inadecuados,
  • Y desbloqueo automático solo cuando se completan las actividades de homeschooling.

De esta forma, la tecnología se convierte en una aliada: motiva, enseña, entretiene y forma parte de un sistema educativo a medida, no algo que interfiere con él.

Los resultados hablan por sí solos

A los 11 años, mi hijo:

  • Diseñó, programó y publicó sus propios juegos en Roblox Studio.
  • Usa Blender para crear objetos en 3D.
  • Aprende de manera autodidacta lo que le interesa (¡hasta empezó portugués para hablar con sus amigos de Brasil!).
  • Conoce todas las banderas del mundo gracias a videos de trivia.
  • Tiene amigos de distintos países.
  • Y certificó su inglés en nivel B2 de Cambridge.

Nada de esto hubiera sido posible sin acceso a pantallas. Pero sobre todo, sin un adulto que acompañe, guíe y proponga un marco sano de uso.

La tecnología no es buena ni mala. Es una herramienta.

¿Le darías un martillo a un bebé? No. Pero cuando crece, le enseñás cómo usarlo.

Con la tecnología pasa lo mismo. No podemos aislar a los chicos del mundo en el que viven. Si los criamos como si estuviéramos en 1980, los dejamos sin herramientas para navegar su presente y su futuro.

Y cuidado: evitar la tecnología no los protege, los deja vulnerables. Porque tarde o temprano van a tener acceso. La pregunta es: ¿querés que sea con vos presente o a escondidas?

Educá para el mundo que existe, no para el que te gustaría

Criar niños hoy requiere habilidades nuevas. No se trata de prohibir pantallas, sino de enseñarles a usarlas bien. A discernir, a investigar, a crear, a decir “esto no me gusta”, a cerrar una app, a elegir contenido de calidad. Eso es alfabetización digital, y es parte de la educación moderna.


Las pantallas no roban la infancia. El abandono, la desconexión emocional y la falta de límites claros, sí.
La tecnología puede ser una aliada increíble si los adultos dejamos de tenerle miedo y empezamos a hacernos cargo del rol que nos toca: ser guías en un mundo digital, no censores.

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2 Comentarios a “Las pantallas no son el enemigo: cómo la tecnología impulsó el aprendizaje de mi hijo”

  1. Lo que no dices es que tu hijo tenga AA.CC., porque perdóname si me equivoco pero estoy segura en un 95% por ciento que las tienes. No todos los niños.
    Estoy de acuerdo que no hay problema wn su uso regulado, pero no es lo que veo en la calle o amigos.
    Lo que yo veo wn las redes son cursos para su uso regulado, información aobre el exceso de pantallas y sin regulación. Ya empiezan a salir estudios sobre su mal uso o su exceso.
    Un saludo.

    1. Hola,

      Gracias por tomarte el tiempo de leer el artículo y compartir tu perspectiva. Entiendo tus preocupaciones sobre el uso de las pantallas y los riesgos de su exceso o mal uso.

      En mi publicación, aclaro que el enfoque que propongo es acompañado, supervisado y con contenido adecuado, no un uso libre o indiscriminado. Este enfoque se basa en la evidencia actual, que muestra que la tecnología no es inherentemente negativa, sino que su impacto depende del cómo, cuánto y para qué se utiliza.

      Algunos estudios recientes que respaldan esta mirada:

      Universidad Metropolitana de Manchester (2024): destaca que los medios digitales pueden ofrecer oportunidades ricas para el desarrollo cognitivo y del lenguaje, siempre que se utilicen con intención y acompañamiento.
      https://www.theguardian.com/society/2024/nov/05/digital-tech-rich-opportunities-child-development-study

      Sociedad Canadiense de Pediatría (CPS): reconoce que el uso de medios digitales apropiados para la edad, junto a un adulto, puede apoyar el desarrollo del lenguaje y la alfabetización en la primera infancia.
      https://cps.ca/en/documents/position/screen-time-and-preschool-children

      UNESCO (2023): promueve el uso crítico y ético de las tecnologías desde la infancia como parte del desarrollo de competencias digitales esenciales.
      https://www.unesco.org/en/digital-education

      Por supuesto, cada niño es diferente, y en el caso de los niños con altas capacidades (como bien intuís), ciertas herramientas pueden potenciar aún más su aprendizaje y su motivación. Pero eso no invalida el valor de la tecnología también para otros perfiles, siempre que se la acompañe con sentido.

      Gracias nuevamente por aportar a este debate. Creo que es desde estos intercambios honestos donde más crecemos.

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